domingo, 30 de junio de 2013

En casa.

Junio fue un mes complicado para Juan.

A mitad de mes un virus entró en su cuerpo, le trajo fiebre, vómitos, mocos en el pecho.
Fue una semana larga, con fiebre de a ratos, molestias, y necesidad de BiPAP.
Pero un día se despertó bien, o eso creí, y pude sacarle el respirador.
Al día siguiente volvió la fiebre, los mocos, y otra vez tuvimos que conectarlo al respirador, porque hacía muchas pausas.

El viernes 21 a este malestar se sumó una diarrea que empezó de a poco, pero que fue en aumento a lo largo del día. Ya no me acuerdo cuántos pañales le cambié ese día. Fue una locura.
Hablé varias veces por teléfono con su pediatra, que el día anterior lo había visitado. Me indicó rehidratarlo con sales, y eso hice. Todo el día pasándole líquidos por el botón gástrico.
Pero cerca de la noche noté que esa misma cantidad de agua que yo le daba la eliminaba automáticamente con la diarrea. También noté que sus manos cambiaban de color, se estaban poniendo cada vez más azules, y  su rostro cada vez más pálido. Juan tiene muchas veces color pálido y las uñas pueden ponerse algo azuladas, por la mala circulación que tiene, pero esto era otra cosa. Me asusté y llamé al médico otra vez y me dijo que pidiera ambulancia para trasladarlo, me dijo que podía tener un cuadro de infección generalizada, que no esperara más. Recordé la gran infección que tuvo en el año 2007, donde su vida corrió peligro, y me asusté más.

Lo trasladamos. Cuando llegamos al sanatorio ingresó automáticamente a terapia intensiva, los médicos actuaron rápido, le pusieron una vía central en la ingle y comenzaron a hidratarlo. Al analizar la sangre notaron que su medio interno ( sodio, potasio, bicarbonato, etc.) estaba gravemente alterado. Así que empezaron a hacer ajustes agregando al suero lo que le faltaba.
Aparentemente fue una gastroenteritis viral lo que provocó esta diarrea. Tuvo una deshidratación grave, pero no fue una infección generalizada como temíamos.
El domingo a la tarde nos avisaron que los laboratorios ya estaban normales.
El lunes despertó con fiebre otra vez. Así que otra vez empezaron a analizar la sangre, la orina, las secreciones, para ver si había alguna otra infección.
Como los glóbulos blancos aparecieron aumentados empezaron a darle un antibiótico de amplio espectro.
Al día siguiente nos dijeron que en el aspirado de secreciones había aparecido un neumococo, pero que con el antibiótico iba a estar bien. Nos explicaron que al quedar tan débil de la gastroenteritis este bicho entró a su cuerpo y colonizó la traqueotomía, pero no llegó a generarle una neumonía.

Ahí empezó la recuperación de Juan.
El miércoles empezó de a poco a comer por su botó gástrico. Toleró muy bien todo. En el sanatorio respetaron su dieta y me permitieron llevarle algunas de sus leches especiales.

El viernes le dieron el alta y volvimos a casa contentos, con un Juan feliz.
Ahora tenemos que cuidarlo mucho más, alimentarlo bien para que recupere fuerzas.

Así como de golpe Juan se descompensa, sale adelante. Qué fuerte que es! qué ganas que tiene de estar acá  con nosotros, lo vi en su rostro contento.

De a poco vamos volviendo a la normalidad, se acomodan los horarios para todos.

Fueron días difíciles en muchos sentidos, pero ya pasó.

Quiero darle gracias por este medio a mi mamá y mi papá, que tanto nos ayudaron con Sebi, cuidándolo las horas que yo no estaba, y trasladándonos a nosotros para que lleguemos rápido para estar con Juan cada día. Es una bendición contar con ellos.
Gracias también a los que se enteraron y oraron y nos dieron palabras de aliento.
Gracias a Dios por el sostén de cada día, por la fuerza que él me da para enfrentar cualquier situación.
Qué distinto hubiese sido este camino, si lo hubiese recorrido sin El.

1 comentario:

  1. Luchi, hacia mucho q no entraba a tu blog, que lindo saber de ustedes, de su fortaleza y de todo el amor que se tienen. Besos, y felicidades x las bellezas de hijos q tenes! Caro Bidarte

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